EL VALOR DE SER DIFERENTE

¿Qué sucede si lo primero que ven de tu empresa es una identidad fría, vulgar, predecible y carente de personalidad?

La respuesta es clara: una identidad inexistente o mal construida puede ser un freno para que tu cliente potencial se interese por los estupendos productos y servicios que le puedes ofrecer y que sin duda le dejaran muy satisfecho……. cuando se acerque a conocerlos. Es muy importante tener siempre en mente que nuestro negocio está orientado a empresas, pero que el camino para llegar a ellas pasa, afortunadamente, por el filtro de las personas y que para lograr crear en estas el impacto adecuado, debemos tener presente dos muros que deberemos atravesar:

MURO  DE LA SATURACIÓN:

Actualmente, recibimos de continuo una gran cantidad de impactos, por distintos medios, de distinto origen y de distinta fiabilidad, por lo que terminamos filtrando lo que nos llega inconscientemente como una acción de supervivencia para evitar el colapso, de modo que solo tomemos conciencia de las imágenes que por su calidad impactan nuestro subconsciente. Transmitir al mercado esas imágenes de modo que causen el impacto deseado es nuestro OBJETIVO.

MURO DEL SER Y PARECER:

Existen marcas realmente buenas en todos los sectores, que sin embargo, no logran captar el interés  necesario. Esto es debido a que su identidad visual (logos, webs, campañas, folletos, catálogos…) no   muestra lo que realmente son y no logra crear el impacto necesario para diferenciarlas de su competencia.

Aquí es donde el diseño aporta un valor diferencial y muestra su gran potencial como herramienta profesional. No estamos hablando de un diseño estético sino de un diseño ESTRATÉGICO, no hablamos de ¨bonito¨, hablamos de EFICACIA.

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